SOS 4.8.2 LA VENGANZA DEL HOMBRE VERDE


Empezaba mi función en el SOS. No sabía qué iba a hacer. Antes y después de mí había 9 djs de tecno. En todas sus variedades. Diferentes collares, misma mierda. Empecé pinchando solito. Empezó a venir gente. La cosa se animó se animó se animó y eso empezó a ir todo rodado, como la bola que persigue a Indiana Jones en un pasadizo, pero hacía arriba, no hacía abajo. Fue una experiencia personalmente fantástica. Disfruté y me agobié a partes iguales. No fui el único que terminó de trabajar. Me reuní con Johann, y ale. De nuevo al gambiteo. Nos metimos a recorrer los intersticios del SOS. De arriba abajo. Un marco arquitectónico incomparable para ser unos backstage.
Allí de dentro, de los uvecés (WC), apareció, como suele pasarnos a todos de tanto en tanto, un hombre pintado de verde intentando quitarse kilos de pintura. A lo que no tardé en reírme de él. Su pintura no saltaba. Yo le dije: ESO TE PASA POR ARTISTA. Lo tengo en video, ¿es que no os lo creéis? ¿Cómo que no me creéis? Buscad, buscad en youtube: hombre verde acosado por gente normal y veréis. He descubierto mi vocación. Reírme de los artistas. Seguimos buscando los camerinos, buscando esa botella de alcoholazo sagrada que todo artista se merece, pero no dimos con ella.
Al día siguiente sí que encontré los camerinos. Pero ya iba yo solo, de tunante por ahí. Hasta había uno para mí, lo habían desvalijado, pero quedaba una botella de whisky. Que no tardé en coger. Me fui entonces al camerino de Las cabriolets a por hielo y coca cola. No estaba la Alabimbambumbose. Pero había mucha gente, que serían sus coleguillas. Parásitos de famosos. Gente mediocre que va de flipada. Muchas tías feuchas y encima arrugadas por la mala vida. Y algún tío con pinta de rockero mercenario venido a menos, que fue el único que parecía radiar simpatía.
Yo a lo mío, hola ¿qué? ¿Echando el rato? Vosotros a lo vuestro, (que no se os vayan a cortar (de más) las chuflas). Me puse a servirme una coca-cola, pero no había hielo. Fui a buscarlo y me gritaron que les estaba robando el whisky. ¡Cabrones! No era suyo. Y encima que les iba a dar la botella de regalo porque yo me tenía que ir al 12 y medio a pinchar… (Cómo jode que te insulten cuando encima quieres hacer una buena obra). Les explique que no la quería. Que se la podían quedar. Entonces me preguntaron ¿dónde está el Mundaka? A lo que yo respondí: EL MUNDAKA ESTÁ A TOMAR POR CULO. Y me fui. ¡Bye bye basura!


mañana las conclusiones finales de esa trilogía!

Comentarios

Entradas populares de este blog

Carta a un joven creativo

ricos chochos y picardias

el disfraz de la decada, disfraz de cura pederasta